¡Hola, buenas noches a todos!

Mi nombre es Wei Qiang —weiasecas en Twitter, por si me quieren seguir— y soy el embajador de China en Panamá.

En nombre de la embajada china en Panamá, doy la más cordial bienvenida y caluroso saludo a todas y todos los distinguidos invitados especiales y al público general, todos amigos melómanos, congregados esta noche en esta joya de teatro —el Teatro National de Panama—, para apreciar el concierto sinfónico en pantalla grande, que la embajada de China en Panama se complace sobremanera en ofrecer, como parte de las actividades conmemorativas del V aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular China y la Republica de Panamá.

Los 5 años de relaciones diplomáticas entre nuestros dos países, tan cortos y veloces como intensos y dinámicos, han sido testigo de notables y sustanciales logros dados por una cooperación ganar- ganar e intercambio mutuamente enriquecedor entre los dos países y pueblos, en múltiples ámbitos, de entre los cuales me resulta sumamente gratificante destacar el cultural-artístico, uno de los pilares fundamentales de nuestra robusta agenda bilateral.

La verdad es que somos una embajada siempre profundamente consciente de la importancia singular y trascendental del continuo intercambio cultural-artístico entre dos países como China y Panamá, para fortalecer y profundizar el entendimiento, la amistad y la confianza entre nuestros dos pueblos y, en tal sentido, siempre nos sentimos altamente identificados y tratamos de estar en buena sintonía con la diplomacia cultural del ilustre gobierno de Panamá, haciendo infatigables esfuerzos conjuntos por hacer posible el más rico y multifacético intercambio cultural-artístico posible entre los dos países.

De igual manera, estamos profundamente convencidos de que en tiempos de pandemia, el intercambio cultural-artístico, lejos de decaer en valor y utilidad, adquiere aún mayor significado en el sentido de ayudar a la gente a superar adversidades y congojas y a unir a los pueblos en una lucha común contra un enemigo común.

De modo que, con gran entusiasmo hemos colaborado estrechamente con entidades culturales panameñas, sean de carácter oficial o gremial o privado, realizando con éxito, a lo largo de los 5 años recién transcurridos, uno tras otro proyectos de intercambio cultural, que han cubierto los géneros musical, coreográfico, cinematográfico, pictórico, teatral-operático... , en ambas direcciones, es decir, tanto trayendo todo tipo de espectáculos y exhibiciones artísticos de China a Panamá como llevándolos de Panamá a China, en numerosas citas culturales multi-modales, presenciales antes de la pandemia, virtuales durante la misma y, como esta noche, híbridas, esperanzados y confiados en la resiliencia humana. 

El concierto en pantalla grande de esta noche, especialmente elaborado con motivo de la celebración del establecimiento de relaciones diplomáticas chino-panameñas, está compuesto de 3 grandes obras del repertorio clásico, las dos primeras de China: la obertura sinfónica "Oda a la Bandera", un homenaje a la bandera national, que estoy seguro, sonará tan emocionante al oído chino como al panameño, ambos de gran fervor patriótico y profunda adoración a nuestros colores nacionales; y el concierto para violín y orquesta titulado "Amantes Mariposas”, una obra magistral, romántica de la primera a la ultima nota, música programática que narra una historia trágica de amor frustrado pero sublime, enternecedor, imperecedero, pieza que, no me cabe duda, tocará poderosamente las cuerdas de corazón de cualquier público, ni que se diga el panameño, que posee su propia, mundialmente famosa, Historia de Amor.

Y la tercera pieza, la Quinta Sinfonía de Beethoven, claro que no necesita presentación, excepto que para mí la obra ha encontrado en la Orquesta National de China, bajo la batuta del Maestro Li Xincao, uno de los directores de orquesta contemporáneos de mayor renombre de China, unos magníficos interpretes.

En China hay un dicho popular que reza más  o menos así: quien habla nunca le ganará a quien canta. Quiere decir, que frente al poder de la música, la palabra no puede sino palidecer. De modo que, "calladito me veo más bonito” y les deseo a todos una noche maravillosa de buena, inspiradora música, no sin antes reiterar nuestro agradecimiento al Teatro Nacional por su colaboración en hacer posible este  importante evento cultural. 

¡Gracias!