Su Excelencia Erika Mouynes, Ministra de Relaciones Exteriores de la República de Panamá;

Distinguidas autoridades y dignatarios de los  diversos poderes del Estado panameño y de las diferentes organizaciones gremiales y sociales de Panamá;

Invitadas e invitados especiales, muy especialmente, miembros de la muy apreciada Banda de Música del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Panamá y su Maestro, Teniente Jorge Jované;

Queridos colegas del cuerpo diplomático, especialmente, Su Excelencia Elio Rodríguez Perdomo, Viceministro del MINREX de Cuba, quien se encuentra en visita a Panamá y ha tenido la gentileza de concurrir, junto con la querida colega Embajadora Lidia, a este evento —bienvenido Viceministro, un honor para nosotros su acompañamiento;

Representantes de la comunidad china y chino-panameña, 

Amigas y amigos de los medios de comunicación;

Damas y caballeros, amigos todos: 

De todo corazón, muchas gracias a todos por su amable concurrencia a esta velada—la primera de este tipo, y de esta magnitud, y sobre todo de esta forma presencial, ofrecida por la embajada china en mucho tiempo, esto es, en nada menos que 2 años y medio—, en conmemoración del V aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Popular China, conocida como el gigante asiático o del Oriente, y la República de Panamá, país ístmico, bioceánico, “puente del mundo y corazón del universo”, aquélla la segunda economía del mundo, segunda usuaria del Canal de Panamá y primera proveedora de bienes a la Zona Libre de Colón; y ésta hub logístico, comercial, financiero y de transporte marítimo y aéreo de primer orden. 

Dos naciones que, si bien diferentes en muchos aspectos y por demasiado tiempo sin relaciones oficiales formalizadas, no dejaron de sentir a menudo sus venas latir al unísono,  en tiempos pasados, gracias a una profunda y trascendente memoria histórica común, forjada, entre otros factores históricos, por el buen número de  inmigrantes chinos que, durante más de un siglo y medio, de generación a generación, con su esfuerzo denodado, su tesón laboral, sus valores morales y costumbres culturales, se han convertido, tal como señalaba la Canciller Erika Mouynes en su intervención en la III cumbre ministerial China-CELAC en diciembre pasado, en un componente esencial del ser panameño,  de esta tierra noble y gente buena, hecha de muchas sangres, de las cuales la sangre china es parte fundamental. 

Estos lazos históricos de acercamiento,  conocimiento y afecto de pueblo a pueblo entre los dos países llegó a embarcarse, tras un largo periplo, a una nueva era de desarrollo, con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Panamá, sobre la base del compromiso con el principio de una sola China, en un día como hoy hace 5 años, un acontecer histórico y estratégico de gran trascendencia, que responde cabalmente a los intereses fundamentales y de largo aliento de los dos pueblos, reflejando la imparable tendencia histórica y la fuerza de la justicia internacional basada sobre las normas y principios fundamentales del derecho internacional, la igualdad soberana entre todos los países, sean grandes o pequeños, y el respeto a la independencia, la soberanía y la integridad territorial de todos y cada uno de los países siendo de muy especial relevancia. 

Es a base de dichos principios que en los años 60 y 70 del siglo XX el gobierno de la República Popular China brindó su plena solidaridad e inequívoco apoyo a Panamá en su lucha por recuperar la soberanía sobre el Canal de Panamá y hoy respeta y acata inequívocamente el status permanente del Canal, bajo la soberanía panameña, como vía acuática de transporte internacional de inviolable neutralidad. Y es a base de esos mismos principios que China valora altamente el firme compromiso asumido por el Estado panameño con la política de una sola China.   

Los logros, abundantes y substanciales, que se han obtenido en la ejecución de nuestra amplia, robusta y realista agenda bilateral construida sobre los pilares político, económico-comercial y cultural-educativo, en estos escasos pero extraordinariamente intensos y dinámicos 5 años, de los cuales la mitad ha transcurrido en medio de la pandemia más devastadora que el mundo haya conocido en la última centuria, con  todos los desafíos de singular gravedad y complejidad que ello acarrea, y en un contexto geopolítico internacional por demás azaroso, se han encargado de demostrar que China y Panamá, dos países que coinciden en abogar y apostar firmes por el multilateralismo y por una diplomacia, de nuevo en las palabras de la Canciller Mouynes, multipolar y balanceada, en promoción constante de la unión, la conexión, la apertura, la inclusión, la solidaridad y la comunicación entre todos los pueblos habitantes del planeta, son socios naturales para una cooperación ganar-ganar, al servicio y en bien de nuestros ciudadanos y en contribución a la causa del desarrollo pacífico y prosperidad compartida a nivel global. Esto sin detrimento de los intereses de ninguna tercera o terceras partes. Confío en que los futuros quinquenios seguirán demostrándolo.

Al congratularnos por los 5 año tan exitosos de nuestras relaciones, no puedo dejar de hacer propicia la ocasión para exteriorizar, una vez más, los más sinceros y profundos sentimientos de aprecio y gratitud de mi gobierno, de mi embajada y de mi propia persona a todas las autoridades oficiales y todos los sectores sociales de Panamá que, con gran calidez, entusiasmo y esmero han brindado, sea personal, sea institucioanl o inter-institucionalmente, sea durante estos 5 años o en muchos casos desde mucho antes, tanta y tan valiosa colaboración y asistencia a la parte china en nuestro esfuerzo mancomunado por llevar a la concreción las directrices de nuestros mandatarios en relación al fortalecimiento y enriquecimiento de nuestra agenda bilateral y, importante decirlo también, gracias por su tan valiosa colaboración y asistencia al personal de la embajada china en nuestro afán de disfrutar,  a todo dar, del singular encanto de Panamá. Agradecimiento junto con la esperanza de seguir contando con su valioso apoyo, colaboración y asistencia.

Con esta nota de agradecimiento y esperanza, he dicho y muchas gracias por su amable atención.