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Palabras del Embajador Wei Qiang en el Foro “Escenario Mundial, Libre Comercio y el Rol de Panamá”
2022-04-29 05:32

El escenario mundial que enfrentamos es uno repleto de turbulencias, inestabilidades e incertidumbres, producto de los cambios inéditos en una centuria y de la pandemia más devastadora registrada en el mismo lapso de tiempo. 

Ello se traduce, en los términos del desarrollo económico y social global, en las tremendas dificultades en que se encuentran empantanados los países del mundo, especialmente los países en vías de desarrollo, muchos de los cuales ven seriamente mermados sus previos logros en la reducción de la pobreza, mientras que la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible avanza a unos pasos que dejan mucho que desear. 

A lo anterior se agregan las lamentables prácticas de doctrinas de poder hegemonista y políticas de bloque, doctrinas y políticas aberrantemente anacrónicas, remanentes de la era de la guerra fría, sumamente perniciosas para nuestro mundo, en nuestro tiempo, por cuanto instigan la división, la hostilidad y la confrontación, cuando lo que más le hace falta al mundo, en estos momentos históricos cruciales, es la unión, la solidaridad y la cooperación, a la luz del espíritu de una comunidad de destino.

Frente a semejante situación internacional, que causa profundas preocupaciones de seguridad a lo largo y ancho del planeta, China cree preciso para la comunidad internacional adoptar una nueva visión de seguridad, en consonancia con nuestros tiempos y con las verdaderas necesidades de la gente, una visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, basada sobre los propósitos y principios de la Carta de la ONU, de particular importancia el respeto a la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones y la no intervención en los asuntos internos de un país por otro. 

Bajo esta visión de seguridad global, actos de unilateralismo, incluyendo el abuso de sanciones unilaterales, y políticas diseñadas a dividir el mundo en bloques político-ideológicos beligerantes y en confrontación entre sí, deben ser objeto de enérgico repudio; las preocupaciones de seguridad legítimas de todos y cada uno de los países deben acatarse, porque la problemática de la seguridad es por definición de carácter indivisible y no se puede garantizar la seguridad de unos a expensas de la de otros; y urge la construcción de una arquitectura de seguridad global balanceada, efectiva y sostenible, que apoye todo esfuerzo a favor de la solución pacífica de las controversias y, de ser el caso, de las crisis, rechazando los dobles raseros o discursos así como intentos de echar “leña al fuego”, y que pueda atender adecuadamente a los desafíos de seguridad en áreas tanto tradicionales como no tradicionales, en respuesta conjunta a las disputas regionales y los problemas globales tan apremiantes como el terrorismo, el cambio climático, la ciberseguridad y la bioseguridad. 

Fue al tenor de esta visión que el Presidente chino Xi Jinping formuló, hace pocos días atras, la Iniciativa de Seguridad Global, en oportuna respuesta a la actual coyuntura de creciente inseguridad internacional.

Y la idea de la integridad e indivisibilidad de la seguridad tiene una de sus dimensiones más relevantes en el tema del desarrollo, al cual China exhorta a la comunidad internacional a prestar mayor atención, enfocando especialmente en la solución efectiva de las dificultades específicas de los países en vías de desarrollo y acelerando la implementación de la Agenda 2030. Fue en tal sentido en que el Presidente chino Xi Jinping formuló, en septiembre pasado, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Iniciativa de Desarrollo Global, con el expreso objetivo de “acelerar la implementación de la Agenda 2030 y promover un desarrollo global más robusto, más verde y más saludable”. 

Se trata, en esencia, de una nueva convocatoria china a la sinergia mundial para construir una plataforma de cooperación internacional que alinee todas las iniciativas de desarrollo y procesos de cooperación globales, regionales y subregionales relevantes y las estrategias de desarrollo nacionales, trabajando centradamente en 8 áreas clave de cooperación, a saber: reducción de la pobreza, seguridad alimentaria, lucha contra COVID-19 y vacunas, financiamiento para el desarrollo, cambio climático y desarrollo verde, industrialización, economía digital y conectividad, con la finalidad de contribuir al logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplados en la Agenda 2030.

Esta Iniciativa está planteada bajo el norte guía del multilateralismo, el espíritu de cooperación y de apertura y de los principios de amplia consulta, trabajo en equipo y beneficios compartidos. Está abierta a todos los países y a la participación tanto de los gobiernos como del sector privado, academia y organizaciones sociales. 

Multilateralismo, espíritu de cooperación y de apertura, trabajo en equipo, beneficios compartidos, son también los conceptos guía por cuya ruta han venido avanzando a pasos sólidos las relaciones chino-panameñas en todos los ámbitos, el económico-comercial entre otros, desde hace cerca de 5 años, a partir de la normalización de las mismas al nivel inter-estatal, en junio de 2017.

China y Panamá coinciden en la opinión de que el mundo en que hoy vivimos es uno ya de profunda interdependencia económica, con mercados inseparablemente interconectados. Si bien es de reconocer que la globalización económica todavía adolece de grave falta de inclusión, su solución, sin embargo, no puede ser otra que afianzando el compromiso de todos con una mayor liberalización y facilitación del comercio e inversión al tiempo que trabajando entre todos por mejorar la gobernanza global en aras de un desarrollo global más equilibrado y que genere beneficios más generalizados.

Al tomar la histórica decisión de establecer relaciones diplomáticas entre China y Panamá a base del compromiso con el principio de una sola China, ambos gobiernos contemplaban, con gran confianza, basada sobre las ventajas comparativas de uno y el otro país, la formación de una robusta, amplia y mutuamente provechosa agenda de cooperación bilateral, la cual, sin lugar a dudas, ha dado frutos bien alentadores, ambas partes siempre trabajando estrechamente de la mano por un desarrollo estable y saludable y de largo aliento de la cooperación bilateral en general y en el ámbito económico-comercial en particular, entre dos naciones, una la segunda economía más grande del mundo, por mucho tiempo más conocida como la fábrica del mundo pero que en realidad era también un ávido importador de todo tipo de productos foráneos y lo será cada día más, con importaciones previstas del orden de veintitantos trillones de dólares en los próximos 10 años; y la otra privilegiado hub regional logístico, marítimo, aéreo, comercial y financiero. 

Dos naciones muy diferentes por cierto en muchas cosas pero altamente identificadas una con la otra en defender el libre comercio y la conectividad globales y una globalización económica inclusiva, de beneficios generalizados.

La alta complementariedad económica y comercial chino-panameña se ha visto plenamente reflejada en el fuerte crecimiento del flujo comercial bilateral en estos 5 años, gracias, en importante medida, a las efectivas medidas de apoyo, promoción y facilitación de ambos gobiernos. Entre ambas partes, por ejemplo, tenemos concluidos un total de 6 convenios fitosanitarios, de los cuales, los referidos a la carne bovina, a covia y a frutas como piña y banano han rendido excelentes resultados, mientras ambas partes están trabajando con ahínco para superar los inconvenientes causados por la pandemia e implementar los otros referidos a pollo, puerco y una variedad de productos acuícolas. 

Su Excelencia la Canciller Erika Mouynes, en sus dos contactos directos con su homólogo chino, Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi, uno por medio de conversación telefónica en diciembre pasado y otro, visita a China en el presente mes de abril, expresó el interés del Gobierno de Panamá por redinamizar el proceso, en pausa desde hace 3 años, de negociaciones de TLC. Sobre este particular, la actitud china es una de total apertura, es decir, estamos abiertos a re-entrar en contacto con la parte panameña, tan pronto que ésta se resuelva a hacerlo, para seguir explorando, sobre la base del trabajo ya realizado, el camino que conduzca a la conclusión de un TLC de alta calidad y de amplia envergadura y de satisfacción mutua.

Termino exteriorizando mis profundos sentimientos de congratulación por el V aniversario de las fructíferas relaciones diplomáticas entre China y Panamá, junto con mis mejores votos porque las mismas, con la ayuda de los amigos, continúen creciendo en fuerza y vigor, sobre todo en beneficio de nuestros pueblos. 

Para sus Amigos :   
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