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Paz y Conexión: Espíritu del Agua Intervención del Embajador Wei Qiang en el Congreso Internacional "El Agua Es Esencia de Paz, Vida y Desarrollo Mundial"
Centro Regional Universitario de Azuero, 13 de septiembre de 2019
2019-09-16 22:21

       Estimado Sr. Magíster Leonardo Collado, Director del CRUA;

       Honorable Sra. Thais Collado, Representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá;

       Damas y caballeros, amigos todos:

       Cuando por primeras vez oí del Sr. Leonardo Collado sobre este congreso del agua y recibir, primero para mi sorpresa y luego para mis nervios, la invitación a asistir a él con una charla, me quedé mucho tiempo en una especie de nebulosa meditando sobre qué decir, si uno de la ciencia de agua sabe poco más que cero, excepto que el agua panameña es riquísima y, confío, puede tener buen mercado en China. De hecho, una embotelladora panameña ya ha entrado en ese mercado de cerca de mil 400 millones de consumidores potenciales.

       No pude salir de la nebulosa hasta que me fijé en el lema de este congreso, "El agua es esencia de vida, paz y desarrollo mundial". Me inspiró, dándome cuenta de que del agua se puede hablar en variados lenguajes, el científico, el económico, el técnico, etc. pero también el humano, el cultural, el de relaciones internacionales.…

       Desde el punto de vista económico, el Canal de Panamá, obra hídrica por excelencia, ha servido para enlazar estrechamente a China y Panamá, siendo China desde hace un buen número de años uno de los principales usuarios del Cana.

       Tanto es así que otro chino con el apellido Wei, pero en su tiempo muchísimo más famoso en Panamá que este servidor, el Capitán Wei Jiafu, entonces presidente y CEO de la compañía naviera de China, Cosco, llegó a formar parte de la Junta Asesora de la Administración del Canal de Panamá.

       Sin atreverme a aspirar a la talla de celebridad de mi compatriota y tocayo el Capitán Wei, lo traigo a colación para dejar en constancia, una vez más, los sentimientos de satisfacción de la parte china por la larga y fluida cooperación con la parte panameña en el uso del Canal y reafirmar nuestra voluntad y anhelo de continuar empujando adelante dicha cooperación, siempre con estricto apego a las reglas, estándares, normas y mejores prácticas internacionales concernientes y, por supuesto, respetando la neutralidad del Canal, voluntad y anhelo inequívocamente reflejados, entre otros hechos, en el honroso paso inaugural de un barco de contenedores neo-panamax de Cosco Shipping

 

de China por el Canal ampliado el 26 de junio de 2016 así como en las muchas fructíferas reuniones o visitas mutuas entre altos líderes político-gubernamentales así como empresariales entre ambas naciones en torno a la cooperación bilateral canalera o marítima.

 

       El Canal de Panamá hoy en día se erige, sin lugar a dudas, una de las rutas acuáticas más formidables y más paradigmáticas sobre la faz de la tierra, al servicio del vital flujo comercial mundial y, con ello, una genuina expresión de las ideas de apertura, conexión, unión y armonía entre los pueblos, ideas por cierto muy arraigadas también en las tradiciones e idiosincrasia chinas.

       En la civilización china, la utilización inteligente y adecuada de las aguas en favor del bienestar de la gente tiene una historia tan larga como la civilización misma.

       En mi país una de las leyendas más populares es la de un hombre prehistórico leal, emprendedor y sabio llamado Da Yu, quien, a diferencia de sus fracasados antecesores en la tarea de repeler monumentales inundaciones, supo aprovechar, con el hoy llamado sentido científico, la topografía general del país para, excavando canales, conducir a las aguas por cauces debidos, en vez de obstinarse con la hasta entonces convencional táctica de contención, logrando así el milagro de hacer desaparecer las inundaciones y a la vez dar buen riego a los cultivos.

       La leyenda da fe cierta de una visión del mundo que abriga el pueblo chino desde la antigüedad: la de buscar soluciones holísticas, comprensivas y armoniosas a los problemas que se presenten en la vida; y de que para ello hay que contar con mentes abiertas e innovadoras y prescindir de dogmatismos.

       Además de leyendas, no faltan en China físicamente visibles ejemplos de gran renombre en relación a la infraestructura acuática, como la extraordinaria obra hidráulica de Du Jiangyan,

 

ubicada en la provincia de Sichuan-la misma provincia también renombrada por ser el hábitat por excelencia de los osos panda-, a escasos 50 y algo kilómetros de la ciudad de Chengdu, capital de la provincia.

 

       Una maravilla de sistema anti-desastres fluviales y de irrigación agrícola, construido por los años 250s antes de Cristo por el Sr. Li Bing, entonces jefe de la prefectura, y su hijo, y operacional desde entonces hasta nuestros días, dicha obra constituye otra insignia imperecedera del tan valiente como inteligente esfuerzo humano por domar energías negativas de la naturaleza sin perjuicio de una armoniosa convivencia con ella.

       Otro dato que ha de acerca inmediatamente a los chinos y panameños en el corazón: El Gran Canal Beijing-Hangzhou. Un canal construido, al igual que el Canal de Panamá, por la fuerza y la inteligencia humanas; existente y operacional desde el siglo VI hasta nuestros días en su forma actual general-cerca de 1800 kilómetros de largo, atravesando de norte a sur por varias provincias a lo largo de la franja costera oriental de China, una de las regiones más desarrolladas del país; y, al igual del Canal de Panamá, un irrebatible símbolo y vehículo cotidiano de la gran conexión, por el cual fluyen no sólo mercancías de todo tipo sino también abigarradas ideas, pensamientos y emociones de seres humanos.

 

       Sobre el Gran Canal Beijing-Hangzhou, vale la pena mencionar la visita de la compañía de ballet folclórico de Hangzhou, que vino el año pasado a presentar una hermosa y sublime historia de amor y de la gigantesca labor de saneamiento ecológico de esta llamada gran arteria de comunicación.

 

 

 

       Las ideas de apertura, conectividad, convivencia y armonía, que se rezuman a través de las tradiciones de la nación china, no sólo han servido como norte de los chinos para manejar sus relaciones con su propio entorno natural desde tiempos antiguos sino también, durante prolongados periodos históricos, con pueblos extranjeros.

       Tal es el caso de la histórica Ruta de la Seda, tanto en su versión continental como marítima.

       El profesor Ian Morris, de la Universidad Stanford,

 

en su magnífico libro Why the West Rules-For Now, presenta una minuciosa y fehaciente descripción de cómo la flota del Almirante Zheng He, de la Dinastía Ming, a principios del siglo XV, una flota más robusta, más poderosa y más sofisticada, y bastante más temprana, que las tres carabelas de Cristóbal Colón, realizó reiteradas proezas de travesías del océano índico, llegando tan lejos como a las costas del Africa oriental, para encontrarse haciendo, allá donde fuese, únicamente comercio y gestos de buena voluntad del emperador chino a los gobernantes y comunidades locales. Nada de conquistas militares, ni ocupaciones territoriales ni colonizaciones al estilo del así llamado "gran descubrimiento".

  

 

        Y la célebre Ruta de la Nao de China, que se extendía por los siglos XVI y XVII de Acapúlco a Manila, en realidad se enlazaba con Cantón, hoy Guangzhou, capital de la provincia china de Guangdong, desde donde llegaban cualquier cantidad de preciosas mercancías chinas a las Filipinas, y de ahí eran embarcadas a los galeones españoles para ir hacia las Américas, haciendo así justicia al nombre de Ruta de la Nao de China, hoy recordada también por el nombre de ruta marítima de la seda entre China y las Américas.

       De los tiempos del Almirante Zheng He o de la Nao de China han pasado muchas aguas debajo del puente.

       China, hoy por hoy, gracias a sus 40 años de persistente aplicación de la política de reforma y apertura, de persistente transitar por un camino de desarrollo propio, comúnmente conocido como el camino del socialismo con peculiaridades chinas, que a mi modo de entender consiste esencialmente en hacer valer a plenitud el rol del mercado como el mejor asignador de los recursos al tiempo que mantener robusto el rol imprescindible del Estado, fuerte y constante el liderazgo político, invariable y continuo un proyecto nacional bien consensuado y a largo plazo y fiable la estabilidad institucional y social, abrazando la globalización y la interdependencia económicas que prevalecen en el mundo de hoy como tendencia histórica, gracias a todo ello China es desde hace como 10 años la segunda economía mundial y, como tal, se siente mejor habilitada para responder al llamado de la comunidad internacional a aportar más a la mejora de la gobernanza global y a la causa del desarrollo compartido por todas las naciones del planeta.

       La Iniciativa Franja y Ruta, propuesta por el Presidente chino Xi Jinping en 2013, se inscribe en dicha voluntad del Estado chino a contribuir más a la comunidad internacional y viene a constituir un bien público global que China se propone ofrecer, en estrecha colaboración con el resto del mundo y profundizando aún más su propia inserción internacional en el proceso.

       Se trata de un proyecto de inversión, centrado en el fomento de las infraestructuras, tanto de índole convencional como líneas férreas, carreteras, puertos, aeropuertos, etc., así como de la informática, entre otros renglones de la innovación.

       Y, con el transcurrir del tiempo de su implementación, la Iniciativa Franja y Ruta ha venido perfilándose más y más como un innovador concepto de desarrollo y de cooperación internacional, un concepto claramente alineado con la meta diplomática china de la nueva era, esto es, contribuir a la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y de una comunidad del destino de la humanidad.

       A tal fin, la Iniciativa Franja y Ruta lo que busca es fomentar la interconectividad mundial, por vía de concertación estratégica y política en materia del desarrollo entre los gobiernos, de integración infraestructural, de liberalización y facilitación del flujo comercial, de cooperación financiera y, de importancia trascendental, del entendimiento de pueblo a pueblo o sea el intercambio humano-cultural.

       Y, al contrario de lo que andan por ahí diciendo ciertas "muy importantes personas", que la Iniciativa implica unas intenciones imperialistas- revisionistas-subversivas chinas o su intención de exportar e imponer a los demás países su modelo o ideología y así ejercer influencia hegemonista en el mundo, el gobierno chino nunca ha tratado de ser el único protagonista de la Iniciativa sino que siempre ha manifestado su deseo de que esto sea algo construido entre todos, a base a consultas entre todos y que sean todos los que disfruten de los frutos cosechados, vale decir, que sea una iniciativa de todos, por todos y para todos. En otras palabras, se lo que se trata es de construir un nuevo tipo de cooperación internacional cuyas palabras clave son ganar-ganar y compartir y cuyo fundamento filosófico en gran medida se halla en las antiguas y bien perseverantes tradiciones e idiosincrasia chinas, muchas de ellas calificadas por los propios chinos como del espíritu del agua: apertura, amplitud, naturalidad y armonía, elementos todos ellos perfectamente compatibles con el espíritu del Canal: el espíritu de gran conexión.

       ¡Gracias!

Para sus Amigos :   
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